
Con Hernán estábamos planeando tener un hijo, llevábamos 3 años viviendo en Buenos Aires, capital, estábamos instalados definitivamente en esa grande y ruidosa ciudad, asique no habia nada que esperar y decidimos comenzar con la búsqueda.
Ya estaba embarazada, me sentía diferente y cuando lo comprobamos, no paramos de reirnos juntos y de abrazarnos.
Al contarle la noticia a mi familia y amigos, todo el mundo estaba feliz por mi.
Me decían lo maravilloso que era.
Entonces empecé a pensar más en el bebé y en lo felices que nos haría a Hernán y a mí tener un hijo.
De un momento a otro, todo en mi vida giraba en torno a esa criaturita que estaba creciendo.